sábado, 8 de agosto de 2009

Nihil

Soy el espíritu que siempre niega.

Y ello con razón, pues todo lo que nace

no vale más que para perecer.

Por eso sería mejor que nada surgiera.


Me burlo de aquellos que dan a la vida una condición de santidad, de sentido previamente establecido, sea por Dios, el karma o los extraterrestres. Como si creyeran que el vivir es algo de lo que debieramos estar agradecidos, algo por lo cual somos afortunados. Que risa me da, pobres ingenuos. ¿Acaso no se dan cuenta que todo lo que hacen, toda su cultura, su conociemiento, sus verdades, sus palabras no es más que un mero invento humano? ¿Que al extinguirse la especie quedará algo? La humanidad no es nada. No es superior al insecto que vuela en los jardines ni tampoco al grano de arena de una playa. Ni siquiera podemos afirmar que sea algo, vivimos en el devenir, en el azar, en la misma Nada. Eso es lo unico que podemos afirmar: Nada. Aquellos que hablan de lo real, lo verdadero, sólo pierden el tiempo buscando un sustento. Algo de que afirmarse. ¡Malditos cobardes! No se atreven a nadar en el mar de el devenir, donde no hay verdades, donde no existe nada y todo es nebuloso. Donde el único proposito de la vida es perecer. Donde la vida no tiene más sentido que el de ser un espacio entre la Nada.