miércoles, 15 de octubre de 2008

El regalo más bello de todos

Era una noche de luna llena. Yo me encontraba caminando por un pasaje rodeado de formidables árboles, los más bellos jamás vistos. Fue bajo uno de ellos que la vi. Sentada a los pies del tronco se encontraba el ser más precioso que mis ojos llegarían a conocer. Al notar mi presencia ella me miró fijamente y preguntó: "¿Deseas vivir?". Yo asentí con mi cabeza, dado que su presencia me impidía emitir sonido alguno. Al escucharme se acercó a mí, me besó en la mejilla y me susurro con la voz más tierna jamás pronunciada: "Te regalo el vivir". Luego de esto me apuñaló.

Aquello que no muere, no vive.
Aquello que no termina, no empieza.

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