lunes, 20 de octubre de 2008

Luzbel

Bajo una lluvia de sangre el nació
De las entrañas de la tierra apareció
Sus ojos eran odio, sus manos venganza
Su palabra más poderosa que una lanza

Hijo del dolor, padre de la rebeldía
De la ridiculez humana el reía
Se burlaba de las falsas ilusiones
En cambio, el vivía de sus pasiones

Deseo erótico, amor carnal
Representación máxima del ser pasional
Le impresionaba lo estupido de la humanidad
Prefieren su moral y su ética sobre la libertad

Seres así los considero despreciables
Prefiero los infelices málditos a los idiotas amables
Hijos míos son los rebeldes, los seres pensantes
Los que de la pasión del pensamiento son amantes

2 comentarios:

Amalia dijo...

¡Qué potencia!

Quizá ante las ilusiones la pasión reclama. Una sensualidad cuyos límites son la sensualidad misma...
La moralina que denunció Nietzsche se funde y confunde con la promesa de algo que quizá nunca llegará o que si llega no podremos sentirlo. El mortal es el único que hace de su vida un instante eterno, que se clava en el hilo del tiempo y lo sujeta con tal fuerza a la pared de la muerte , que llega a cortarlo.

un beso, Benja

Genial!!!

Catita dijo...

Cada vez me doy cuenta de que eres un ser que no pasa ni pasara desapercibido en la vida. A veces siento que me ha tocado conocer a un futuro autor celebre.

Muy intenso tu poema, en verdad todos!
Tienes esa fuerza de critica tanto social, como religiosa y moral, aunque se que tu no crees en ninguna =D.

Besos!